Los Planetas

 



Cuando pienso en un libro pienso en cómo suena. ¿Cuál es la música?. Después de pensarlo un rato creo que en este libro debería sonar “Tan grande como dos galaxias” en loop: Mi amor por vos se ve tan grande, tan grande como dos galaxias  También podría sonar “la noche eterna” con una letra tan afilada, melancólica y romántica como: Hoy / Voy a salir a buscar / Todo lo que quiero / Voy a derrumbar / Mi casa y empezar de nuevo / Todos se escondieron ya / Bajo la noche eterna / Sé que el cosmos cuida / A todos por igual.

 El punto es que debería sonar Santiago Motorizado. Bah, debería sonar Indie. Indie argentino para ser exactos. Y para ser más exactos: debería sonar una canción de amor.

 Los Planetas de Marcos Gras es un libro que nos invita a dar una vuelta por las estrellas, pero no ese cosmos que está allá lejos, sino el que llevamos dentro. El cosmos que lleva a los pibes al colegio, el cosmos que hace que vayas a una marcha o al trabajo. El cosmos que me permite acceder a la energía suficiente para subirme al transporte público todos los días de mi vida. Cada poema es un planeta en sí mismo, con su propia gravedad, orbitando en torno a las cosas que nos pasan. La galaxia cotidiana. Gras nos muestra que lo cósmico también puede ser mundano, y que las estrellas no están tan lejos como parecen. Me animo a decir, nada está tan lejos como creemos. Con la excusa del sistema solar, el autor se manda un viaje por las relaciones, los deseos, los miedos y los sueños que todos compartimos. Siempre me pareció loco que lo universal siempre está en lo particular. Pero no me quiero perder. Estoy viajando a toda velocidad por el espacio. Me pregunto ¿Cuáles son los planetas que giran en mi vida? ¿Cómo pasa el tiempo en este lugar? ¿Me da miedo? ¿Cuál es mi órbita? ¿Estás estrellas ya están muertas?

 El otro día leí que siempre hay tres temas: la muerte, el tiempo y el amor. Cualquier narrativa las pone en orden. Acá creo que el orden es: amor, tiempo y muerte. El amor le gana a la muerte acá. Lo que más me gusta del libro tiene que ver con lo que no se ve. Con el amor que se intuye. Con ese día a día del amor. No es un libro sobre cómo nos enamoramos, es un libro sobre cómo resistimos. Como diría Santi Motorizado: Tan brillante como el oro en la oscuridad. Pienso, que este amor que tiene Gras entre manos, es oro y el puede encontrarlo en lo oscuro porque lo conoce mucho. Es una teoría válida: podemos proteger lo que amamos porque lo conocemos.

 Me quedo con este verso: Amar y ser amado / y finalmente mirarnos / reconocernos en el reflejo del otro / y de lo que dejamos atrás y estar bien con eso.

Este libro me hace sentir que en algún momento voy a estar bien con eso. No hay sonido en el espacio, pero acá, les juro, suena una canción de amor.

Martina Cruz