Cuarenta gotas de azufre

 


Con tapa de Krysthopher Woods y diseño de Mambo  Cuarenta gotas de azufre nos sumerge en sus casi 70 paginas en la reconstrucción de una ausencia y un padecer. Brecciaroli nos invita a reflexionar sobre qué hacer con ese dolor de qué manera encararlo sin olvidarlo y como salir fortalecida de ese vínculo que ya no está.

Desde el epígrafe de Kavafis del libro nos marca el camino y sabemos que emprenderemos un viaje largo y que, como todo viaje, implicara una transformación del sujeto.

Pájaros que caen del cielo como frutas maduras, hombres caracol, plantas que crecen invadiendo el hogar y una idea del dolor, de la desolación, del encierro primero y la fantasía de la muerte como escape que comienzan a dosificarse por el poemario con una elegancia propia a la que nos tiene acostumbrados Brecciaroli en su escritura. Sensaciones de oscuridad y desamparo que por momentos cobran fuerza para después diluirse en la búsqueda de un empoderamiento del yo lirico. Un recorrido a pie por una ciudad derruida y en escombros y posteriormente la certeza de que lo que se busca tiene que darse en otro contexto. Ahí comienza el viaje. La Pampa. Lo árido, las satélites, la compañía de otras mujeres y la certeza de que todo sigue su curso aun el dolor.

Paula nos vuelve a mostrar en sus poemas porque en cada entrevista que da dice: “El uso económico y preciso de las palabras es uno de los momentos más hermosos de la escritura “ La poesía de Paula hace honor a esa afirmación y no hay en Cuarenta gotas de azufre ningún verso que sobre o este de más. El lector encontrara en este libro una pequeña cadena donde cada eslabón fue engarzado con paciencia y labor de artesano,  en donde cada poema te lleva a otro como si  y ninguno puede dejarse al azar o de lado en este viaje hacia eso misterioso y a su vez tan punzante que es vivir, amar y aun mas importante ser amado.

📗

Libro: Cuarenta gotas de azufre

Poeta: Paula Brecciaroli

Editorial: Santos locos poesía

Año de publicación: 2021


el pez que nada

 


Hay en el pez que nada una voz con la que identificarse, versos sencillos y efectivos. Nada pomposo o sobrecargado por el contrario hay una serie de poemas breves que van armado una sonoridad, una musicalidad suave y propia; una suerte de letanía que nos trasporta y nos lleva de la mano por todo el poemario.

Poemas limpios y de verso libre que no caen en lo narrativo, sino que por el contario hacen de la economía de palabras su baluarte. Es en esa barricada que el libro de Güerri se hace fuerte y resiste los embates de tanto poemario contemporáneo que anda contando mas o menos lo mismo, pero de distinta manera. El libro contiene guiños generacionales para aquellos que transitaron su infancia o adolescencia en algún espacio indeterminado de los ochenta – noventa; pero ese juego, ese gesto, ese pequeño rasgo de ADN no es el común denominador que prevalece en el poemario.  También podemos encontrar que hay poemas sobre la muerte, sobre el amor, poemas que reclaman, protestan e inventan pero todos ello funcionan como pequeños acordes disonantes en su belleza que nos van a ir marcando el tempo del libro para devolvernos a sus melodía más lucida: Lo breve, el silencio que reina en aquello que apenas debe nombrarse para ser. "Algo imperceptible y constante que fluye en nuestro destino…"

Entender que en un poema y en una tarde que se escapa fugazmente uno es dueño de algo por un segundo, dueño de una emoción, de una respuesta, de un momento que fugaz e impreciso  nos define. Entender que se siente como si se pudieran alcanzar todas los secretos, tener la certeza de que se es parte de una sensación que no necesita de las palabras y sin embargo tratar de capturar el instante con poemas como la vida es así”, “cine argentino”; borronear el momento con versos donde "...menos es menos..." "...y el amor persiste..."  tener esa  lucidez ,  identificarla y ofrecérnosla. Hay que aprovechar esto que nos regala Alejandro porque no siempre ocurre que un poeta o un poema pude materializar lo intangible.  Es en este gesto solidario de Güerri donde el poemario alcanza su pico de luminosidad para el lector.

Quedan algunas palabras para agradecer la nota editorial del final en donde se nos señala que algunos poemas pertenecen a un microlibro llamado Oriental editado en 2010. Le evitaron a este editor todo un párrafo donde pensaba señalar una preferencia asiática en varios poemas, yo quizás los hubiera agrupado todos (junto a los samuráis) en una apartado bajo ese nombre “Oriental” o banda oriental pero aquí ya estoy ejerciendo la deformación profesional. Lo único cierto es que “el pez que nada” no alcanza los límites que busca en el nado pero modifica los propios constantemente mediante la poesía.


Cine Argentino

Yo no digo nada, Irene,

y no te creas

que me resulta fácil.


Trabajo mucho

para llegar a esta síntesis. 


📗

Libro: el pez que nada 

Poeta: Alejandro Güerri

Editorial: Añosluz editora

Año de publicación: 2018